El Protocolo de Kioto entra en vigor (16 de febrero de 2005)
El Protocolo de Kioto obliga a sus firmantes (entre ellos España) a reducir, entre los años 2008 y 2012, en un 5,2% respecto a los niveles de 1990 las emisiones a la atmósfera de los gases de efecto invernadero que están provocando en la tierra el cambio climático.
Los expertos vaticinan que reduciendo la emisión de estos gases quedará controlado, al menos en parte, el impacto del agente más directamente implicado en el calentamiento global del planeta.
Un calentamiento que ya está teniendo efectos muy negativos en la Tierra. Los glaciares se deshielan, hay animales que cambian de hábitos, aumentan las sequías, los huracanes... Una situación que, según la ONU, es “urgente y prioritaria”.
España será uno de los países más vulnerables al cambio climático (febrero de 2005 / informe publicado por la OECC (Oficina Española de Cambio Climático) del Ministerio del Medio Ambiente)
En el último tercio del siglo la temperatura media podría subir hasta siete grados en verano y el nivel del mar un metro, por lo que haría desaparecer playas del Cantábrico, el delta del Ebro, la Manga del Mar Menor o la costa de Doñana, e inundar zonas construidas.
Para que el cambio climático no llegue a ser extremadamente peligroso hay que seguir trabajando, presionando al Gobierno y a las empresas que más contaminan.
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Si al cumplimiento del protocolo de Kioto
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