Magnifico día que nos ha hecho
pasar el Grupo de Montaña La Tiñosa, en su XVII TRAVESIA DE RESISTENCIA DE LA SUBBETICA
CORDOBESA.
Todo empieza a las 3:10 cuando
suena el despertador, ¿pero dónde vas? A
andar 60Km ¡¡tú estás loco¡¡. La verdad
que no era el único loco, ya habíamos quedado un grupo de pretorianos del club,
para desplazarnos al polideportivo de Cabra. A eso de las 5:00 horas iniciamos
la marcha, y como era de esperar en Cabra, del tirón de visita a la Ermita,
bueno casi, nos quedamos en el carril de entrada a la Nava, fueron 6.7 km de
subida, casi sin aliento, todo el mundo callado, solamente escuchabas el sonido
del derrape de las botas por el pedregal. Cada uno con frontal, una estampa
única de una fila de lucecitas, de romería por la sierra de Cabra.
Cruzamos toda la Nava dirección
Zuheros, el frío apretaba después de la subidita, ya empezaba a clarear,
podíamos vernos las caras, y el paisaje, espectacular. Cuando pasamos por
Fuentefría, se me puso el bello de punta, en la última travesía de la Subbética
que había hecho, me dio una pájara que me salvó mi buen amigo Joaquín. Pero
bueno esa es otra batalla.
Ya en Zuheros, pude tomarme ese
café que llevaba necesitando desde que me levanté, junto con las 2 lonchitas de
“jamón” York, un poco justillas para el inmenso bollo.
Dirección Carcabuey, el sol y la
humedad ambiental apretaban, pero sin
problema sacamos nuestras cremitas de protección solar, y palante. Desde La
Fuente la Zarza hasta Fuente Bernabé una bajada muy bonita llena de vegetación
y digna de ver con más detalle, pues aquí la gran mayoría de veces, tienes que estar pendiente de los palitos del vecino que no
te salte un ojo.
Parecía que el tiempo iba
acompasando el esfuerzo en la travesía, al entrar a Carcabuey para el almuerzo,
cuatro gotas refrescaron el ambiente, después las nubes no dejaron de
protegernos, parece que la peregrinación hizo efecto. Una paella y un gazpacho
de espectáculo, que nos sirvieron y nos dejaron nuevos, para lo que se
avecinaba. Una subida de 7 km hasta la Fuente Puerto Escaño, donde solamente el
rutero Angel, Manuel Rambla, el presi y su ejército de pretoriano, aguantaron
el tirón, bueno… y las nubes que no nos abandonaron.
Hasta ahí fenómeno, pero venía la
bajadita un poquito jodidilla, o como me dicen, una “bajada técnica”, algún
montañero se sentó donde quiso…., en mi caso puse la mano en una piedra que me
dejo señalado. Esta bajada creo que no la olvidaré, quizás la parte más dura de
toda la travesía.
A partir de ahí dirección Cabra,
pasando Los Pelaos, allí nos llegaban recuerdos, de choricitos, lomitos,
uhhuhh¡¡ Qué hambre¡¡.
Por Cabra pasamos por el barrio
de la Villa, muy bonito, una zona que poca gente conoce, estaba engalanado con
mantones de la Virgen de la Paloma, la gente parecía que estaba de Semana
Santa, nos miraban asombrados, hasta fuimos testigos de una boda. Así iríamos
que una mujer mayor nos daba el paso, “déjalos, pobrecitos que llevan andando
desde las 5 de la mañana”.
Lo mejor los aplausos cuando entramos al
pabellón, algo que reconforta del esfuerzo realizado. En definitiva un día magnifico que disfruté
de mis compañeros de fatiga.
2 comentarios:
Jajajajaja........ La virgen de la Sierra, no de la Paloma jajajajaja.... Y la bajada cierto muy técnica y peligrosa, pero los montañeros no se caen, se sientan donde quieren.
Jajajajaja........ La virgen de la Sierra, no de la Paloma jajajajaja.... Y la bajada cierto muy técnica y peligrosa, pero los montañeros no se caen, se sientan donde quieren.
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