Con
puntualidad británica, dio comienzo la XVIII Travesía de
Resistencia Subbética Cordobesa.
Tras
las acreditaciones y la recogida de dorsales en la ciudad deportiva
de Cabra, los participantes que llegábamos de lugares cercanos como
los que hicieron noche en las instalaciones deportivas, nos
preparamos para el inminente comienzo de la prueba valedera para la
copa andaluza de travesías de resistencia, que organiza la
Federación Andaluza de Montañismo.
A
las 04,30h en punto y tras unas Palabras de los responsables de la
organización de la travesía, el Grupo de Montaña Tiñosa, dio
comienzo la prueba. El trazado de este año tenía el atractivo de la
bajada del puerto de “El Cerezo” por el Vichira. Exigente sí,
pero de una belleza espectacular. Para mí que soy un neófito en
esto de las travesías de resistencia tengo que reconocer que desde
que amaneció, la prueba fue un continuo transcurrir de sensaciones a
la cual más enriquecedora. Pude comprobar desde los primeros metros
de la prueba que la camaradería y el compañerismo entre
participantes iba a ser la nota general de la travesía.
Participantes de toda la geografía andaluza miembros de los
diferentes clubs y grupos de montaña se dieron cita para participar
en una de las pruebas más exigentes del calendario rutero andaluz.
Ni que decir tiene, que la organización de la prueba trata todos los
años de dar una vuelta de tuerca a los trazados que se realizan para
dar un repaso y otra perspectiva a la hora de conocer un poco mejor
esa joya de la corona que es el parque natural de las sierras
subbéticas. Es un auténtico festival para los sentidos adentrarse
en la subbética y conocer sus paisajes.
La
organización de la prueba en el aspecto logístico siempre estuvo a
la altura. No es la primera vez que se organiza esto. Tanto los
puntos de reagrupamiento como el avituallamineto siempre fueron
ágiles y eficientes, manteniendo el ritmo de la prueba para cumplir
con los horarios establecidos. Entiendo que una prueba de este tipo
tiene que regirse por una puntualidad exquisita si no fuese así
sería caótico. Desayuno y Almuerzo se desarrollaron en la localidad
de Carcabuey y las viandas fueron generosas, falta nos hacían, por
lo menos a mí.
En
definitiva y para finalizar esta breve reseña, solo decir que la
experiencia ha sido muy positiva. Excelente travesía, mejor
organización y sobre todo un ambiente que invita a repetir cuanto
antes.
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